


























Hoy hemos salido de Bagan con destino a Mandalay en coche por una carretera tan infernal que en recorrer 300 km hemos empleado unas 10 horas. En el camino hemos parado en una cabaña a la orilla de la carretera en una zona que se dedica a la destilación de aguardiente de palmera y tambien a fabricar azucarillos de coco. Para triturar el coco utilizan como antiguamente una rueda de molino movida por una vaca como habries visto en la foto. Tras probar una copita y comprobar que es como el aguardiente de cualquier otro sitio, salimos hacia el monte Popa que es un volcán apagado de gran altura y en cuya cima hay un templo que se llama de los monos porque está lleno de ellos, y que por cierto me quisieron robar las gafas de las manos (los monos claro). Subimos verlo con un poquito de asco ya que las escaleras estan llenas de cagadas de los citado y hay que subir descalzos y sin calcetines como en todos los templos de Myanmar. Una vez disfrutamos de las vistas desde el templo que todo hay que decirlo no eran muy buenas ya que habia mucha calima, continuamos viaje hacia Mandalay a donde llegamos con los riñones hechos puré tras 10 horas de baches y apartarnos a la cuneta cuando venia un camión o un autobus. Por cierto vimos un tren de alta velocidad (maxima de 40-50 km hora) que era como los que veiamos cuando eramos pequeños y de eso ya sabeis que ha llovido la tira desde entonces. Mandalay es la antigua capital de Myanmar antes de serlo la actual Yangon y nos alojamos en un hotel que estaba justo delante del palacio real el cual actualmente esta ocupado por el gobierno. El palacio es un recinto cuadrado de 2 km de lado con un foso de agua muy amplio rodeandolo pero de el no queda nada original ya que fué destruido en la 2ª guerra mundial. Por la noche hemos salido a cenar a un restaurante cerca del hotel pero como no hay mucha luz en las calles nos dieron una linterna para que pudiesemos llegar. Bueno mañana os contaremos como es esta ciudad
















































